Si Guaman Poma hubiera tenido acceso a las herramientas estadísticas
Guaman Poma era un hombre de sangre quechua y fe cristiana que vivío a finales del siglo XVI y a principios del siglo XVII. Es conocido por su obra El primer nueva corónica y buen gobierno que escribió en respuesta a las crueldades contra las poblaciones indígenas que estaban siendo cometidas en el “nuevo mundo” a manos de los españoles. En su escritura describe la historia de la sociedad compleja y sofisticada de los incas, condena las atrocidades de los conquistadores, y propone reformas estatales; el texto debía ser enviado al rey Felipe III de España, que tenía la autoridad de mandar cambios en ese territorio español, pero nunca llegó al destinatario. Sin embargo, el texto es valorado hasta el día de hoy por su anotación de la historia del Imperio incaico, del cual no existe mucha documentación escrita, y la genialidad del autor.
Uno de los puntos de fascinación de su obra es su técnica literaria; apela a la lógica y la religión, ninguna de las cuales podía negar el rey Felipe III. Revela la hipocresía de los colonizadores y sus fracasos de mantener la integridad cristiana. Si Guaman Poma hubiera vivido en la edad moderna, creo que hubiera recogido y presentado los datos como un medio para defender sus argumentos frente a la ironía e hipocresía de los españoles. Para este ejercicio, he concebido una serie de visualizaciones que Guamán hubiera podido incluir en su crónica. Obviamente, los datos que ofrezco son inventados ya que no se conocen los verdaderos, pero me ha parecido un ejercicio elocuente.

Esta visualización es una referencia a la sección ‘Los malos curas” en la que Guaman Poma pone al descubierto la desobediencia de los curas del Perú. Aunque estaban obligados a abstenerse de las relaciones sexuales, no solo desobedecían esa regla, sino también rompían otra regla en el proceso: relacionarse con las prostitutas. Los colonizadores estaban supuestamente en una misión de cristianización, pero sus violaciones de la doctrina cristiana probaban la ilegitimidad de su misión “puramente evangélica” y la existencia de motivos corruptos.

Esta otra visualización está basada en una cita en la que se revela la prevención intencional por parte de los españoles de una educación comprensiva de la doctrina cristiana entre la comunidad indígena. Guaman Poma percibía esto hecho como una manera de opresión; los españoles usaban a Dios como justificación por sus acciones crueles, pero en realidad no cumplían con la palabra de Dios y los indígenas no tenían ninguna manera de revelarse ante esta injusticia e hipocresía.

Esta última visualización está inspirada por la sección “El “mal gobierno”: los corregidores” que retrata figuras europeas de autoridad en “el nuevo mundo” como unos animales. Guaman Poma dibuja similitudes entre las acciones feroces de animales salvajes y los corregidores, encomenderos, los padres, entre otros, a los que temían los incas. La gran ironía era la narrativa que era perpetuada por los españoles que los “indios” eran salvajes que debían ser civilizados. El autor quechua, en primer lugar, senala la historia extensa y ordenada del imperio incaico para resistir nociones de los nativos como primitivos; pero en realidad está ofreciendo de una manera astuta, y exacta, una imagen de los españoles como unos salvajes a los que hay que temer.
Hoy en día, la palabra de alguien no es suficiente. Hay que estar equipado con datos concretos y relevantes. Si la tecnología para recoger los datos hubiera existido en el siglo XVII, no dudo que los números hubieran sido espeluznantes y hubieran apoyado muy bien el argumento de Guaman Poma.