Las virtudes como empoderamiento feminino del pasado y futuro

Alana Cowan

En una época tan marcada por batallas, peleas entre familias poderosas, y conflictos de religión, surgió Álvaro de Luna (1390 - 1453), una de las voces más importantes de la lengua castellana. Subió por los niveles del gobierno y fue gobernando de facto el reino, enfrentando al sistema feudal, y después de algunas peleas y batallas, terminó siendo arrestado y decapitado. Por haber vivido de tantas maneras distintas y haber visto cada nivel de la sociedad, su voz terminó siendo algo más feminista de lo normal del tiempo, especialmente para un hombre de su estatus. En su Libro de las claras e virtuosas mujeres (1446), Álvaro compila distintas historias de mujeres importantes en la historia clásica y también en la tradición bíblica o católica. Estas sirven para demostrar las cualidades, o virtudes, más importantes de una mujer de esa época. En su libro, cubre tres distintas categorías: mujeres de la Biblia, mujeres de la Antigüedad clásica (griegas y romanas), y santas/mártires cristianas. Cada una tiene sus creencias, aprendizajes, y virtudes ideales por el tiempo, con énfasis especial en la fé, arrepentimiento, y castidad. Estas ideas principales se reflejan en el desarrollo actual de las tramas y también en los comentarios que hace Luna sobre cada una. De las dos maneras, demuestra las cualidades y virtudes que se consideran más importantes en esa época.

Un ejemplo de una mujer virtuosa bíblica es Judith, una viuda rica y devota de su fe judía. Nabucodonosor quería ser reconocido como dios, y mandó a Holofernes a conquistar las naciones para hacerlo posible. Le cayó a Judith a proteger su ciudad de Betulia, pero no en una batalla, sino con su ingenuidad, prudencia, y inteligencia. En vez de tratar de convencer a Holofernes de que no debería tomar ninguna acción violenta contra su pueblo, Judith lo tienta y hace que se emborrache. Dice en el libro: “Antes del amanecer, Judith y su sirvienta regresaron a Betulia con la cabeza de Holofernes, que mostraron a Ozías y al pueblo, dando gracias a Dios por permitir tal hazaña.” Judith acredita su idea heróica a su Dios, indicando la virtud de la fe. También se muestra la fortaleza y el coraje en la manera que actúa sin temor. Más que nada, demuestra el amor a su patria que es más significativo que su propia vida. Estas virtudes no solo son importantes para las mujeres, sino para todos los ciudadanos de un país.

Álvaro comenta sobre las historias de mujeres del mundo clásico, un tal ejemplo siendo Lucrecia. Ella es la noble esposa de Colatino. Sesto, el hijo del rey Tarquino, quedó tan impresionado con su belleza y virtud que intentó forzarla a tener relaciones con él, amenazándola con la muerte y la desgracia. Pero Lucrecia no quería morir ni causar daño a su honor, entonces Sesto la violó y Lucrecia sufrió mucho con las consecuencias. Aunque su padre trató de consolarla, Lucrecia siente que su honra está totalmente dañada, y se suicida. Dice ella, “Del pecado yo me absuelvo, pero de la pena no quiero ser libre. No quiero ser un ejemplo para que ninguna mujer que haya perdido su castidad viva después de mí.” Aunque es un cuento oscuro y violento, demuestra la importancia de la castidad en esa época. Quiso morir en vez de seguir viviendo una vida sin su castidad y honor. También demuestra su fortaleza en sus creencias, ya que no quería vivir una vida que no reflejaba sus ideas de la pureza y la honestidad. Lo que uno aprende de leer este cuento no es por nada que el suicidio es una manera sensible para resolver un crisis de moralidad, sino demonstrar un sentido de integridad, y que estas virtudes son tan importantes que alguien viviera su vida entera siguiéndolas.

Otra categoría que Álvaro revela es la de las santas y mujeres cristianas (por ejemplo, Teodora, una mujer noble casada con un hombre muy rico y piadoso). En su historia, un hombre se enamora de Teodora y manda a una hechicera que le dice que ninguna cosa mala que se comete al atardecer sería visto por Dios, entonces comete adulterio. Al darse cuenta de que todavía es inmoral, se corta el pelo y se viste de hombre para entrar en un monasterio como Teodoro. En el monasterio hace varias cosas para arrepentirse y le pide perdón a Dios. En ese tiempo, es falsamente acusada de ser padre de un niño, que obviamente sería imposible. Sin embargo, cría al niño como si fuera suyo. Es honrada como santa por su paciencia y arrepentimiento sincero. Entonces, las virtudes importantes en este ejemplo son la honestidad (al reconocer lo malo que ha hecho) y la integridad, ambas ayudan a alguien a vivir una vida más sincera.

Aunque todas estas figuras vivían de maneras distintas, tenían cualidades en común como la fe en algo más grande que ellas, la inteligencia estrategia, y la creencia en sí misma. Todas sus acciones y decisiones se iluminan diferentemente dependiendo de las circunstancias, pero cada una mantiene su morale y mejora no solo su vida sino las vidas de los demás. La meta de Álvaro de Luna al escribir este libro era destacar características honorables en las mujeres, y tal vez también para darles algo de poder en un mundo dictado por el poder del hombre.