La castidad como instumento del patriarcado
Remi Clonts
En el Libro de las claras e virtuosas mugeres de Álvaro de Luna, me llama la atención la importancia y la representación de la noción de “castidad” y cómo se utiliza para limitar el poder de las mujeres heróicas. Se dice que la intención de Luna era representar una forma de rechazo de la literatura misógina del siglo XV y lo consiguió mediante el uso de elementos progresistas en sus biografías como la representación de mujeres virtuosas. Mientras que algunos consideran su obra como feminista, pienso que el énfasis en la castidad fue utilizado para proteger los sistemas de poder como el patriarcado y la jerarquía socioeconómica, al poner el valor de la mujer en su sexualidad y permitir a los hombres el poder de tomar una parte de las mujeres con o sin su consentimiento. Es interesante cómo las figuras de Susana, Lucrecia y Santa Eugenia son utilizadas para otorgarles un poder superficial que, en última instancia, sirve como herramienta para apoyar las jerarquías de poder como la clase socioeconómica y el patriarcado.
La Figura 1 anterior representa la frecuencia de las virtudes en esta obra y qué biografías contienen cada virtud de manera visual. En este gráfico se puede observar que la castidad es la segunda virtud más mencionada, ya que aparece en 33 biografías. Esta posición demuestra su centralidad en el texto, no solo desde una perspectiva literaria, sino también cuantitativa. Esta importancia se refleja en las historias de Judith, Lucrecia y Eugenia, la castidad aparece como un ideal que otorga a las mujeres una autoridad simbólica, no obstante, pienso que, en realidad, limita su poder real al reforzar las estructuras patriarcales. Por ejemplo, la biografía de Susana narra la historia de una mujer falsamente acusada de adulterio y condenada a muerte. Sin embargo, el profeta Daniel interviene y demuestra la falsedad de los jueces, salvándola de la ejecución. Esta historia, incluida en el Libro I sobre mujeres bíblicas, presenta la castidad como una virtud ensalzada y fundamental. Luna atribuye la salvación de Susana a la importancia de la castidad. No obstante, esta perspectiva no reconoce que es el valor que la sociedad le da a su castidad lo que pone en peligro su vida, ya que valoran la pureza física de Susana encima de su vida. Incluso en el caso de una violación, cuando ella no tiene control sobre la situación, su castidad es el centro del juicio. Aún más, los hombres mantienen el control —como los acusadores o el profeta que limpia su nombre— mientras que Susana no recibe la misma sentida de reconocimiento. Lo que demuestra cómo su autonomía y poder fueron disminuidos para mantener la autoridad en manos masculinas.
Asimismo, la biografía de Lucrecia, incluida en el Libro II sobre las mujeres del mundo clásico, narra la historia de una mujer violada por Sexto Tarquinio. Lucrecia subraya su falta de control en la situación, diciendo: “solo mi cuerpo ha sido forzado y deshonrado, pero mi corazón es inocente”(Luna, Libro II). Si bien Luna enmarca este acto como la máxima expresión de valor, considero que mediante su suicidio perdió todo su poder. Esto demuestra el precio que debía pagar para reclamar su valor desde la mirada de la sociedad y cómo la castidad fue utilizada para despojar a las mujeres de su capacidad de decisión al obligarlas a adherirse a ideales impuestos por la sociedad.
Además, el Libro III sobre mujeres y santas cristianas presenta la biografía de Santa Eugenia, quien se disfraza de hombre para ingresar a un monasterio y dedicarse a la vida religiosa. Su identidad se descubre tras ser falsamente acusada de intento de violación por una mujer a la que Eugenia rechazó. A pesar de su inocencia, Eugenia mantiene su fe y compromiso con la castidad hasta el martirio, lo que demuestra la culminación de una vida consagrada a la virtud. Sin embargo, Eugenia debe negar su identidad femenina para ser reconocida como virtuosa, lo que sugiere que la santidad solo puede alcanzarse abandonando su condición de mujer. De esta manera, Álvaro de Luna transforma la castidad en su virtud definitoria y en su limitación.
En conclusión, aunque Álvaro de Luna parece utilizar la virtud de la castidad para ensalzar a mujeres como Susana, Lucrecia y Eugenia, en realidad su representación sirve para reforzar estructuras patriarcales más que para reconocer la agencia femenina. En cada caso que mencioné, la castidad aparece como el valor más importante de la mujer, por eso la preservación de su pureza física fue esencial, incluso en circunstancias fuera de su control. Susana solo recupera su honor cuando un profeta interviene, Lucrecia únicamente puede reclamar su valor a través del suicidio, y Eugenia debe negar su identidad femenina para ser reconocida como virtuosa. De esta manera, la representación de la castidad y, en su turno, la obra de Luna, minimizan su poder real, al situar la pureza, la virginidad y la castidad por encima de la vida y de la autonomía de las mujeres, dejando su destino en manos de los hombres y de un orden social que limita su capacidad de decisión.