Un párrafo sobre mí
Me llamo Alana Cowan, nací en Maryland pero pasé mucho tiempo en Miami porque ahí se mudó la familia de mi madre desde Argentina. Siempre me ha encantado la música, al igual que a mis dos hermanos mayores, y aprendí varios instrumentos en la escuela. Mi hermano Max falleció cuando tenía 16 años, y justo antes (sin saberlo), se hizo muy religioso. Entonces mientras crecía sin Max, encontré mi paz en mi religión y mis amigos con quien puedo celebrarlo. No siempre he creído en un Dios, pero cuando yo tenía casi la misma edad que Max, fuí al mismo programa judío que él, que se enfoca en preguntas difíciles de la vida. También conocí a gente que conocían a Max cuando él asistió a este programa. Esas tres semanas fueron como el comienzo de mi vida. Ahora que han pasado cuatro años, todavía siento una gran diferencia en mi estado mental. Aunque no siempre puedo entender por qué pasan cosas malas a buena gente, tengo fe en que haya alguna razón más grande que nosotros que lo explica todo. Y sigo teniendo la idea de que la vida es corta y que debo hacer todo lo que pueda para vivirla de una manera significativa. Por eso me involucré en varias organizaciones en UM: Hillel, Chabad, APX (la fraternidad profesional de arquitectura), entre otras. Quiero hacer lo que pueda para dejar un mundo mejor que el que lo encontré yo. La meta de mi vida es crear momentos que signifiquen algo importante y en arquitectura, diseñar lugares que puedan impactar a la gente de una manera positiva. Me encanta escribir, y me encantaría diseñar algún museo, biblioteca, u otros edificios para el público para contar una historia importante de nuestra sociedad.